sábado, 23 de abril de 2016

Mi hermana menor


Para un puesto de trabajo pedían una carta motivacional en la que se indicara: por qué se era apto para ese trabajo, los ídolos o aquellas personas a las que se admira y cómo se veía uno en cinco o diez años, entre otras cosas. ¿Mis ídolos? Pensé en muchos deportistas: Leo Messi, Lucha Aymar, Emmanuel Ginóbili, Paula Pareto, entre otros. Sí, son talentosos, sí, son diferentes, sí, son deportistas de otro planeta, pero en verdad, ninguno de ellos es mi fuente de inspiración y nunca lo fueron. Pensé en mis hermanos, en primer lugar, porque siempre fueron un motor en mí. En segundo lugar, porque son esas personas que querés, pero que también odias, que te quieren y que te odian y en todo momento te desafían y te hacen cambiar. Sin ir más lejos, mi hermana más chica, esa persona que saca lo peor y lo mejor de mí: juega al hockey, a veces tiene un carácter de mierda, a veces pura ternura, a veces un demonio. Me impacta lo generosa que puede llegar a ser y si apostáramos quién ganaría en una lucha entre las dos, aunque me duela, tengo que admitir que sería ella y por mucha diferencia, como también sería a la persona a la que le pediría que me defendiera ante cualquier eventualidad. No me acuerdo si ella tenía cinco o seis años cuando me vio llorar por culpa de mi novio de ese momento, no me dijo nada, de hecho yo no estaba al tanto de que me hubiera visto, pero cuando él volvió a mi casa, ella se le acercó, lo señaló con el índice y le dijo que no quería volver a verme llorar o le iba a tener que pegar. Cuando tenía tres años defendió a otro de mis hermanos (que en ese momento tenía cinco) cuando un chico más grande los molestaba en un pelotero y, hace no mucho, intentaron robarle el celular, no llegó a correr, ni a pedir ayuda, firme, seria, de frente al ladrón y dijo “no”. El ladrón la miró confundido, la agarró e intentó sacárselo, ella, sin pensarlo demasiado, le dio una piña y se quedó con el brazo y el puño levantado, si él avanzaba, ella volvería a pegarle. El ladrón se quedó paralizado, ella cada vez más firme, él cada vez más confundido y huyó y se escapó con alguien que lo esperaba en una moto.

Es terca, demasiado terca y no hay nada que no pueda lograr. No conozco otra persona tan determinante como ella. Se propone objetivos y los cumple. Simple. No espera reconocimiento, aunque cada vez que tiene un partido mira hacia afuera para ver si alguien la fue a ver. Es buena, divertida, a veces le gusta la música, a veces el silencio. No le gusta mucho ir al cine, aunque vio todas las películas que hay en Netflix. Es mi mejor amiga y un orgullo tenerla como hermana. Siempre quiere un poquito más, de todo y de todos. Inquieta, demasiado, sobre todo si ese día no tuvo que entrenar. Muy puntual y estructurada. Fría y distante para demostrar sus sentimientos, pero solo para aquellos que no tienen paciencia para mirarla a los ojos y descubrir a esa mujer sensible que se muestra todo el tiempo como pura fuerza. Fiel y leal con sus amistades. Muy exigente consigo misma. De esas personas extraordinarias que la convivencia los convierte en ordinarios. Cumple 18, quizás todavía no tiene muy en claro qué quiere de su futuro, pero desde siempre supo que va a ser una Leona. Lo sabe, no necesita más y está segura de que lo va a lograr, pero no sabe, o no se acuerda, de que ya lo es. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario