
Hace seis meses
volvimos a vivir juntos, quería conocerlo más. Desde entonces, antes de dormir
me prepara un té o me compra un chocolate o me pregunta sobre mi día. Cocina y
lava los platos, esto último no siempre. Incondicional. Parece frío, de chicos nunca me quiso
abrazar y le molestaba que lo hiciera yo. Ahora es él quien se acerca, el que
pasa su brazo alrededor de mi cuello, no me mira, le da vergüenza y me dice que
todo va a estar bien. Hace las compras y cocina para sus amigos. Lo vi regalar
camisetas de rugby que ama, le ofreció su gorra a un carnicero que le preguntó
dónde la había comprado, cede el asiento en el colectivo y ofrece a los
ancianos llevarles las bolsas de las compras. Es muy serio al hablar, incluso
cuando lo hace en broma. Borracho sonríe, sonríe y sonríe más. El pelo corto, barba,
poca, la ropa doblada, muy doblada. Inteligente, creativo e inseguro. Con la
vista cansada, ojeras profundas y las manos ásperas por trabajar de “lo que
venga” y sus tareas siempre a la perfección. Queen, The Rolling Stones y WilliamWallace. Es inventor, con cualquier objeto crea algo útil, encuentra algo en la
calle y lo levanta para restaurarlo, esa es otra de las cosas que sacó de mamá.
Sus historias son fantásticas: “No sabes lo que me pasó. Era de noche, caminaba
hacia la parada de colectivo cuando mi sentido arácnido me avisó que me
seguían. Giré la cabeza, lento, muy lento, no quería que supieran que los había
descubierto. Los vi, eran ninjas, todos vestidos de negro, ni los ojos se les
veían, conté quince, aunque creo que eran más de veinte. Me ajusté la mochila y
empecé a correr, nunca corrí tan rápido en mi vida. El colectivero me vio, tocó
la bocina, esas que no son solo ruido, son una canción y justo era de los
Rolling. El colectivo disminuyó un poco la velocidad, no tanto, me abrió la
puerta y yo salté adentro justo antes de que los ninjas me atraparan. Caí dando
una vuelta. El colectivero me preguntó si estaba bien, yo nunca antes había
estado mejor”. La historia real es que caminaba, dos hombres lo seguían, él pensó
que era para robarle, justo pasaba el colectivo que se tenía que tomar, llegó a
la parada y se subió. Sí, sus historias son fantásticas, las mías solo se
remiten a los hechos y muchas veces quisiera que fueran más como las de él. Bueno
y generoso, también en eso quisiera parecerme. No le gusta que lo ayuden, en
nada, aunque lo necesite. Lo molestamos con que es “el hombre que no se deja
ayudar”, pero después del partido de los Pumas, de la publicidad, me di cuenta de
que él es un hombre que cuida.
#hombrequecuida
#hombrequecuida
Emocionante, hermoso =D
ResponderEliminar... Puro orgullo
ResponderEliminar... Puro orgullo
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ResponderEliminarGrande Santi!! Saludos a toda la flia. ;)
ResponderEliminarMUY bueno barbi...santi es un grande!!! Saludos
ResponderEliminarQue hermoso leer algo así de hermanos! =)
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