Miraba el resumen de los Pumas contra Sudáfrica y salió una
publicidad de hombres que hacían cosas buenas por otras personas. Es una
publicidad que incentiva a contar en las redes sociales lo mejor que uno ha
hecho por otros y la mejor historia se gana dos pasajes para ir al mundial de
Rugby en Inglaterra. Al instante pensé en mi hermano, no porque fuera un amante
del rugby, un apasionado de los Pumas y del Club Atlético Estudiantes de Paraná,
tampoco porque moriría por ir al mundial como espectador, pero mucho más como
jugador. No lo pienso porque sea mi hermano, ni por el concurso, aunque tengo
que admitir que él se lo merece más que nadie. Entonces ¿por qué escribo sobre
él? Porque él es el hombre que cuida. No puedo mentir, él es así. Soy la mayor,
a él le llevo un año y después hay cuatro más, pero él siempre se sintió el
responsable de todos nosotros. Lo conocía como se conocen los hermanos, a veces
con odio, otras con intriga, quizás a veces como amigos. Se parece a mi mamá en
cómo habla y a mi papá en la seriedad que aparenta, a mi mamá en lo servicial,
a mi papá en lo práctico. Físicamente, dicen que a la familia de mamá, para mí
no se parece a nadie. Si por él fuera viviría todas las cosas malas que nos pasan
a sus hermanos así no las tenemos que sufrir nosotros. Es leal y alegre con sus
amigos, fiel al amor de su vida, incluso separados, amable con cualquier
persona, sobre todo con los que necesitan ayuda, libre en la naturaleza,
distante cuando necesita contención, apasionado cuando cocina, feliz en el río,
en otro mundo cuando juega al rugby. Nunca habla mal de nadie. Le gusta
compartir todo lo que hace con Elvis (su perro salchicha).
Hace seis meses
volvimos a vivir juntos, quería conocerlo más. Desde entonces, antes de dormir
me prepara un té o me compra un chocolate o me pregunta sobre mi día. Cocina y
lava los platos, esto último no siempre. Incondicional. Parece frío, de chicos nunca me quiso
abrazar y le molestaba que lo hiciera yo. Ahora es él quien se acerca, el que
pasa su brazo alrededor de mi cuello, no me mira, le da vergüenza y me dice que
todo va a estar bien. Hace las compras y cocina para sus amigos. Lo vi regalar
camisetas de rugby que ama, le ofreció su gorra a un carnicero que le preguntó
dónde la había comprado, cede el asiento en el colectivo y ofrece a los
ancianos llevarles las bolsas de las compras. Es muy serio al hablar, incluso
cuando lo hace en broma. Borracho sonríe, sonríe y sonríe más. El pelo corto, barba,
poca, la ropa doblada, muy doblada. Inteligente, creativo e inseguro. Con la
vista cansada, ojeras profundas y las manos ásperas por trabajar de “lo que
venga” y sus tareas siempre a la perfección. Queen, The Rolling Stones y WilliamWallace. Es inventor, con cualquier objeto crea algo útil, encuentra algo en la
calle y lo levanta para restaurarlo, esa es otra de las cosas que sacó de mamá.
Sus historias son fantásticas: “No sabes lo que me pasó. Era de noche, caminaba
hacia la parada de colectivo cuando mi sentido arácnido me avisó que me
seguían. Giré la cabeza, lento, muy lento, no quería que supieran que los había
descubierto. Los vi, eran ninjas, todos vestidos de negro, ni los ojos se les
veían, conté quince, aunque creo que eran más de veinte. Me ajusté la mochila y
empecé a correr, nunca corrí tan rápido en mi vida. El colectivero me vio, tocó
la bocina, esas que no son solo ruido, son una canción y justo era de los
Rolling. El colectivo disminuyó un poco la velocidad, no tanto, me abrió la
puerta y yo salté adentro justo antes de que los ninjas me atraparan. Caí dando
una vuelta. El colectivero me preguntó si estaba bien, yo nunca antes había
estado mejor”. La historia real es que caminaba, dos hombres lo seguían, él pensó
que era para robarle, justo pasaba el colectivo que se tenía que tomar, llegó a
la parada y se subió. Sí, sus historias son fantásticas, las mías solo se
remiten a los hechos y muchas veces quisiera que fueran más como las de él. Bueno
y generoso, también en eso quisiera parecerme. No le gusta que lo ayuden, en
nada, aunque lo necesite. Lo molestamos con que es “el hombre que no se deja
ayudar”, pero después del partido de los Pumas, de la publicidad, me di cuenta de
que él es un hombre que cuida.
#hombrequecuida
#hombrequecuida