miércoles, 23 de marzo de 2016

"Hay que seguir viéndola para no olvidar”

                        


LA HISTORIA OFICIAL

Este 24 de marzo, en el día Nacional de la Memoria por laVerdad y la Justicia, tras cumplirse 40 años del golpe de Estado, se podría decir que ya no vivimos en el país de no me acuerdo. Se reestrena “La historia oficial”, la película más premiada del cine argentino, que en 1985 ganó un Oscar y que relató parte del horror vivido en la última dictadura militar.

Llegué al cine a las 10 de la mañana, un café con leche, dos medialunas y no estaba segura de la película con la que me iba a encontrar. No la había visto y el título siempre me hizo pensar que iba a ver una especie de documental. Me senté arriba de todo, lejos, separada de la gente y me impactó. No me podía mover del asiento, como tampoco podía creer no haberla visto antes. Después de 30 años, el director y algunos de los actores estaban ahí, para contar qué les generó filmarla y qué sienten con respecto al reestreno.

¿En qué momento comenzaron con la filmación de “La historia oficial”?
Luis Puenzo: “Lo primero que se filmó fue en el ´83, la escena en la que se ve la represión de una manifestación en la Plaza de Mayo. Es una escena real, nadie sabía lo que estábamos filmando. Conseguimos unas credenciales de prensa para disimular. Se cantaba ‘se va a acabar, la dictadura militar’’, era la consigna en las marchas, en los recitales, en las pintadas. Era una expresión de deseos, no suponíamos que iba a ocurrir tan pronto, pero a mediados del ’83 los militares llamaron a elecciones”.

¿Cómo decidieron ser parte de esta película?
Patricio Contreras: La leí de una sentada y me emocioné. La película te atrapa, te compromete.
Norma Aleandro: “Tras volver del exilio, la primera vez que Luis me contó lo que quería hacer, no podía parar de llorar. Rechacé muchas veces la película por miedo. Con Luis parecíamos una pareja que se separaba, pero me convenció y me alegro mucho de haberla hecho. Fue un momento en el que teníamos miedo e iba con miedo a filmar, me acuerdo mucho más de eso que de la manera en que encaré el personaje. Lo tomé como un deber de ciudadana”.

¿Qué representa esta película?
Norma Aleandro: "Esta película nos dio muchas satisfacciones como artistas y como argentinos. La conmoción que genera es impresionante y sigue siendo testimonio de un momento que no se terminó. Lo triste de esta historia es que sea tan verdadera, tan real. No fue fácil filmar, teníamos mucho miedo. Fue difícil, filmar no era relajado y hubo actores amenazados. Incluso se decidió dar por cancelada la filmación para la prensa, pero se siguió filmando. Hoy la película es importante para que siga viva la memoria de seguir buscando y reparando lo que sucedió.".

Luis Puenzo: “Las películas también envejecen y se mueren y pensé ‘la tengo que restaurar’. Quiero verla con chicos de 40, gente que no la vio y que les parece milagroso que una película de hace 30 años sea buena. La película es así. Creo que está muy vigente. Este país ha hecho mucho más que cualquier otro para revisar su pasado y tiene que seguir revisando lo que nos pasó. Es un eterno presente. En ese momento era muy difícil ir al cine y ver lo que estaba pasando. La película hizo un circuito muy fuerte que terminó con el Oscar.


¿Cómo fue el proceso de filmación de la película?
Luis Puenzo: “La película empezó a filmarse en ‘83, cuando recién se habían recuperado tres hijos de desaparecidos. Todavía no se sabía mucho cómo había sido el procedimiento de apropiación de bebés. Filmamos y escribimos en el presente. Hay que agradecerle mucho a las abuelas, que son las mismas de hoy, solo un poco más viejitas, pero son las mismas. En ese momento ellas tampoco tenían demasiado en claro los procedimientos, pero iban por la tercera identidad restituida. Hoy ya son 119 los nietos recuperados y para nosotros esta es una forma de medirlo”.

¿Cuál fue el aporte de Abuelas para la película?
Luis Puenzo: “Hay muchos tramos de la película que son estrictamente documentales. Es muy fino el espacio entre la ficción y la realidad. La idea de producir las fotos y las fichas de las abuelas no nos gustaba nada. Le pregunté a Estela de Carlotto qué hacer, si usábamos las verdaderas o si las hacíamos como utilería. Estela me contestó que tenía que charlarlo con las abuelas. Unos días después me dijo que le avisara acerca de la fecha del rodaje, que las traerían ellas. Ese día, en el rodaje, llegaron las abuelas con una carpeta, era real: nos aportaron esas fotos, esas fichas, la verdad. En esa escena Norma está sentada y mira una carpeta, al empezar a pasar las hojas se puso pálida”.

Norma Aleandro: “Nunca voy a olvidar la escena en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo. Mi personaje tenía que hojear una carpeta con fotos para tratar de identificar a los padres desaparecidos de la niña. Las Abuelas me dieron la carpeta real que tenían las fotos de los desaparecidos. Era terrible tener esa carpeta en las manos. Tenía ganas de llorar y salir corriendo. Fue horrible, me costaba después estar normal para hacer lo que tenía que actuar. Para nosotros fue muy angustioso”.

¿Qué esperás que genere en el público el reestreno de la película?

Luis Puenzo: “Todavía hay un ellos y un nosotros. Hay que seguir viéndola para no olvidar”.











jueves, 10 de marzo de 2016

Simple!





Porque cada tanto es lindo sentir que alguien nos quiere y esa es la desesperada búsqueda que se presenta en la vida cotidiana. Simple. Una comedia dramática que cuenta la historia de Germán, un tipo de treinta años, que trabaja en una productora y que siente que no encuadra en el perfil de hombre que las mujeres desean. Simple. Germán no puede disfrutar de lo que le pasa en la vida y con sus comentarios desafortunados, hace todo lo posible para cumplir con su objetivo: conocer mujeres, aunque sabe que en toda relación siempre hay un tercero. Se anota en cursos, exprime el Facebook y va a fiestas, se cruza con gente nueva y resucita viejas historias inconclusas. La serie está resumida en 12 capítulos, de 10 minutos, y puede verse en UN3.tv, el canal de la Universidad Tres de Febrero. Porque los personajes cobran vida, los amigos son esos de hace mil años, de siempre, un gol de media cancha. Simple.

       





Crítica publicada en la Revista Fuera de Hora.