LA HISTORIA OFICIAL
Este 24 de marzo, en el día Nacional de la Memoria por laVerdad y la Justicia, tras cumplirse 40 años del golpe de Estado, se podría
decir que ya no vivimos en el país de no me acuerdo. Se reestrena “La historia oficial”, la película más premiada del cine argentino, que en 1985 ganó un
Oscar y que relató parte del horror vivido en la última dictadura militar.
Llegué al cine a las 10 de la mañana, un café con leche, dos
medialunas y no estaba segura de la película con la que me iba a encontrar. No
la había visto y el título siempre me hizo pensar que iba a ver una especie de
documental. Me senté arriba de todo, lejos, separada de la gente y me impactó.
No me podía mover del asiento, como tampoco podía creer no haberla visto antes. Después de 30 años, el director y
algunos de los actores estaban ahí, para contar qué les generó filmarla y qué sienten con respecto al reestreno.
¿En qué momento
comenzaron con la filmación de “La historia oficial”?
Luis Puenzo: “Lo primero que se filmó fue en el ´83, la
escena en la que se ve la represión de una manifestación en la Plaza de Mayo. Es
una escena real, nadie sabía lo que estábamos filmando. Conseguimos unas
credenciales de prensa para disimular. Se cantaba ‘se va a acabar, la dictadura
militar’’, era la consigna en las marchas, en los recitales, en las pintadas. Era
una expresión de deseos, no suponíamos que iba a ocurrir tan pronto, pero a
mediados del ’83 los militares llamaron a elecciones”.
¿Cómo decidieron ser
parte de esta película?
Patricio Contreras: La leí de una sentada y me emocioné. La
película te atrapa, te compromete.
Norma Aleandro: “Tras volver del exilio, la primera vez que
Luis me contó lo que quería hacer, no podía parar de llorar. Rechacé muchas
veces la película por miedo. Con Luis parecíamos una pareja que se separaba,
pero me convenció y me alegro mucho de haberla hecho. Fue un momento en el que
teníamos miedo e iba con miedo a filmar, me acuerdo mucho más de eso que de la
manera en que encaré el personaje. Lo tomé como un deber de ciudadana”.
¿Qué representa esta
película?
Norma Aleandro: "Esta película nos dio muchas
satisfacciones como artistas y como argentinos. La conmoción que genera es
impresionante y sigue siendo testimonio de un momento que no se terminó. Lo
triste de esta historia es que sea tan verdadera, tan real. No fue fácil
filmar, teníamos mucho miedo. Fue difícil, filmar no era relajado y hubo
actores amenazados. Incluso se decidió dar por cancelada la filmación para la
prensa, pero se siguió filmando. Hoy la película es importante para que siga
viva la memoria de seguir buscando y reparando lo que sucedió.".
Luis Puenzo: “Las películas también envejecen y se mueren y
pensé ‘la tengo que restaurar’. Quiero verla con chicos de 40, gente que no la
vio y que les parece milagroso que una película de hace 30 años sea buena. La
película es así. Creo que está muy vigente. Este país ha hecho mucho más que
cualquier otro para revisar su pasado y tiene que seguir revisando lo que nos
pasó. Es un eterno presente. En ese momento era muy difícil ir al cine y ver lo
que estaba pasando. La película hizo un circuito muy fuerte que terminó con el
Oscar.
¿Cómo fue el proceso
de filmación de la película?
Luis Puenzo: “La película empezó a filmarse en ‘83, cuando recién
se habían recuperado tres hijos de desaparecidos. Todavía no se sabía mucho cómo
había sido el procedimiento de apropiación de bebés. Filmamos y escribimos en
el presente. Hay que agradecerle mucho a las abuelas, que son las mismas de
hoy, solo un poco más viejitas, pero son las mismas. En ese momento ellas tampoco
tenían demasiado en claro los procedimientos, pero iban por la tercera
identidad restituida. Hoy ya son 119 los nietos recuperados y para nosotros
esta es una forma de medirlo”.
¿Cuál fue el aporte
de Abuelas para la película?
Luis Puenzo: “Hay muchos tramos de la película que son
estrictamente documentales. Es muy fino el espacio entre la ficción y la
realidad. La idea de producir las fotos y las fichas de las abuelas no nos
gustaba nada. Le pregunté a Estela de Carlotto qué hacer, si usábamos las
verdaderas o si las hacíamos como utilería. Estela me contestó que tenía que
charlarlo con las abuelas. Unos días después me dijo que le avisara acerca de
la fecha del rodaje, que las traerían ellas. Ese día, en el rodaje, llegaron
las abuelas con una carpeta, era real: nos aportaron esas fotos, esas fichas,
la verdad. En esa escena Norma está sentada y mira una carpeta, al empezar a
pasar las hojas se puso pálida”.
Norma Aleandro: “Nunca voy a olvidar la escena en la sede de
Abuelas de Plaza de Mayo. Mi personaje tenía que hojear una carpeta con fotos
para tratar de identificar a los padres desaparecidos de la niña. Las Abuelas
me dieron la carpeta real que tenían las fotos de los desaparecidos. Era
terrible tener esa carpeta en las manos. Tenía ganas de llorar y salir
corriendo. Fue horrible, me costaba después estar normal para hacer lo que
tenía que actuar. Para nosotros fue muy angustioso”.
¿Qué esperás que
genere en el público el reestreno de la película?
Luis Puenzo: “Todavía hay un ellos y un nosotros. Hay que seguir
viéndola para no olvidar”.